15 de octubre de 2011

HISTORIA DE LA DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


La historia de la devoción del Inmaculado Corazón se inicia en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procedía de San Juan Eudes.

Luego, vendrían las apariciones de la Virgen en Fátima, Portugal. En la aparición del 13 de Julio de 1917, la Virgen prometió que volvería a aparecerse a Lucía para pedir los Cinco Primeros Sábados en su honor. Esta aparición prometida sucedió el 10 de diciembre de 1925.

Lucía era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra, España cuando tiene una aparición de la Virgen sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a su lado. La Santísima Virgen puso su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su corazón rodeado de espinas. El Niño Jesús le dijo: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Esta cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas."

Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía:
"Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación"

En la tercera aparición de Fátima, Nuestra Madre le dijo a Lucía: "Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra.... Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes.... Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz.... Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz."

En un diálogo entre Lucía y Jacinta, ella, de diez años, dijo a Lucía: "A mí me queda poco tiempo para ir al Cielo, pero tú te vas a quedar aquí abajo para dar a conocer al mundo que nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María".

"Diles a todos que pidan esta gracia por medio de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo."

El Papa Pío XII, el 31 de Octubre de 1942, al clausurarse la solemne celebración en honor de las Apariciones de Fátima, conforme al mensaje de éstas, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.

Asimismo, el 4 de mayo de 1944 el Santo Padre instituyó la fiesta del Inmaculado Corazón de María, que comenzó a celebrarse el 22 de Agosto. Ahora tiene lugar el Sábado siguiente al Segundo Domingo de Pentecostés.

11 de abril de 2011

BREVE HISTORIA DEL SANTO ROSARIO

Es el breviario del pueblo
 
          Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, en el nº 2678, “la piedad medieval de occidente desarrolló la práctica del rosario en sustitución popular de la Liturgia de las Horas”.

          Del final del Medievo data la representación más antigua de esta adoración: en un tríptico del siglo XV aparece la Virgen con el niño, que tiene en sus manos un Rosario. Algunos Ángeles coronan de rosas a la Virgen mientras Santo Domingo de Guzmán y San Pedro Mártir sostienen su manto protector sobre los fieles. Esta representación se encuentra en la Catedral de Colonia (Alemania).

Precedentes

          El "Dios te salve, María" ya se encontraba en el Misal Romano desde el año 650, como oración o antífona en la Misa del Cuarto Domingo de Adviento.

          Desde el año 1100 al 1200 ya el rezo del "Dios te salve, María" es muy frecuente en varios países y muchas personas que no pueden rezar los 150 salmos (o sea, el Salterio) tratan de reemplazarlos diciendo 150 veces esta oración mariana.

          Con anterioridad, a finales del siglo X, el Obispo de Iria Flavia, la actual Santiago de Compostela, San Pedro de Mezonzo, compone, presumiblemente, el rezo de la "Salve, Regina", otra de las oraciones marianas más populares y hermosas y que posteriormente se incluiría como la plegaria conclusiva del rezo del Rosario.

El nombre y la forma del Rosario

                 Antiguamente se le llamaba "Salterio de la Virgen María" porque con su rezo reemplazaban las personas sencillas que no sabían leer o que no tenían libros, el rezo del salterio, o sea, los 150 salmos de la Biblia que los religiosos tenían que rezar cada semana.

                Para poder llevar mejor la cuenta de las oraciones, hacían nudos en una cuerda o ensartaban en ella pequeñas pepitas. Después el nombre que se le dio fue el de Santo Rosario. La palabra Rosario significa colección de Rosas; la rosa ha sido siempre un regalo muy estimado para ofrecer especialmente a las mujeres, y la Iglesia ha creído que a nuestra madre del cielo le ofrecemos una verdadera “colección de rosas espirituales” muy agradables para ella, al rezarle 50 veces el Ave María, la oración que el Ángel Gabriel, Santa Isabel y la Iglesia Católica Antigua, compusieron en su honor.

                El Rosario es una verdadera colección de “rosas de alabanzas” que obsequiamos a la más bondadosa de todas las madres, a la más bendecida de todas las mujeres y a la más gloriosa de todas las reinas.

                El Rosario se compone de cincuenta y nueve pepitas o cuentas repartidas así: Cinco grupos de diez cuentas cada uno para ir contando las 10 Avemarías de cada misterio y entre una decena y otra una cuenta para rezar el Padre Nuestro que va al principio de cada Misterio; finalmente 5 cuentas al principio desde el crucifijo hasta donde empiezan las decenas. Estas cuentas son en honor de las cinco llagas de Cristo, o de los cinco misterios que se van a meditar.

Santo Domingo de Guzmán

                Se suele considerar a Santo Domingo de Guzmán, religioso burgalés natural de Caleruega, fundador de la Orden de Predicaciones en el siglo XIII, como el autor o el inventor del rezo del santo Rosario, en torno a 1205-1208, como expresión de su amor a la Virgen María y  por inspiración de Ella.

                Nos consta que este gran santo solía intercalar series de avemarías en la meditación de los misterios de la vida de Cristo. En su siglo, el siglo XIII, se fijó el número de avemarías –tres bloques de cincuenta, esto es, ciento cincuenta- en evocación de los 150 salmos. Su nombre –rosario- significa rosal, ramo de rosas, que se ofrendan a Santa María la Virgen.
                 Sea o no sea Santo Domingo el inventor del Rosario, y aunque en tiempo de este santo todavía no se rezaba el Rosario completo como se reza ahora, lo cierto es que él y sus misioneros –los frailes de la Orden de Predicadores, fundados por él y llamados inicialmente los frailes de la Virgen- recomendaron mucho a las personas el repetirle frecuentemente a la Santísima. Virgen el "Dios te salve, María" y el pensar en los Misterios de la Vida, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor. 

                Ya en el año 1483 se ha extendido por muchos países la costumbre de añadir el "Santa María Madre de Dios", al "Dios te salve, María", pero todavía no era costumbre general en ese tiempo rezar el Avemaría completa.
 
Papa San Pío V

                En el año 1569 el Papa Pío V prescribe y recomienda a todo el mundo el Rosario tal cual como se reza hoy: con sus Padrenuestros, Avemarías y Gloria. En ese mismo año de 1569, el Papa Pío V con una carta o Encíclica dirigida a todos los cristianos del mundo recomienda rezar el Rosario de la manera como se reza ahora. Con esto quedaba consagrada esta devoción como algo muy propio de los buenos católicos.

                A raíz de la victoria cristiana en la Batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), el Papa S. Pío V, que había pedido a la cristiandad el rezo del Rosario por este motivo, institucionaliza para toda la Iglesia la festividad del Rosario, en acción de gracias por esta victoria, de modo que la fiesta era conocida indistintamente como la Virgen del Rosario o la Virgen de la Victoria hasta que, en 1573, el Papa Gregorio XV estableció como nombre definitivo de la festividad el de Virgen del Rosario.

De Pío V a León XIII

                Desde que el Papa Pío V recomienda a todo el mundo el rezo del Santo Rosario, recordando que con esta oración se han obtenido grandes triunfos y el don de la paz y que esta devoción ha demostrado tener gran eficacia para detener las herejías y conseguir conversiones, y que toda persona fervorosa lo debe rezar frecuentemente, la costumbre de rezar el Rosario se vuelve popularísima en todas las naciones.

          Al menos diez Papas lo siguen recomendando, y muchísimos santos lo difunden por todas partes. Uno de los Papas que más destacó en su devoción por el Rosario fue León XIII (1878-1903), quien en doce encíclicas y en otros veintidós documentos pontificios recomienda a los fieles el rezo del Rosario. Es llamado el "Papa del Rosario". El fue quien consagró el mes de octubre al rezo del Rosario.

Siglos XIX y XX

                En Lourdes (Francia), en 1858, la Virgen María se aparecería en dieciocho ocasiones a Santa Bernardette Soubirous, llamándola al rezo y a la difusión del Rosario. En las apariciones de Fátima (Portugal), en 1917, la Virgen volvería a aparecerse con el Rosario en sus manos y se presentaría como la Virgen del Rosario. A los tres niños, testigos de estos hechos, los ya Beatos Jacinto y Francisca, y la monja Carmelita descalza Sor Lucía, fallecida en el mes de febrero de 2006, les recomendó el rezo y su divulgación a favor de la salvación del mundo.

                Unos de los Apóstoles  más destacados de la promoción del rezo del rosario en el corazón del siglo XX fue el norteamericano Padre Patrick Peyton, quien afirmaba que "la familia que reza unida el rosario permanece unida". Realizó numerosas  campañas de difusión del Rosario y editó unas películas sobre los misterios del Rosario, que se emitieron en el mundo entero.

"El rosario es mi oración preferida"

                Ha entrado ya en los anales de las páginas de la historia del Rosario el Papa Juan Pablo II (1978-2005). Poco después de su elección pontificia, el 16 de octubre de 1978, en el corazón del mes de rosario, el Papa Wojtyla afirmó que "el rosario es mi oración preferida". Y son numerosas las imágenes y los testimonios de Juan Pablo II rezando el Rosario.
                Pero, si lo anterior fuera insuficiente para entrar en la historia del Rosario, el Papa Juan Pablo II dedica el año 2002-2003 (de octubre a octubre) al Rosario, escribe la bellísima Carta apostólica "El Rosario de la Virgen María" y crea cinco nuevos misterios, los misterios de la luz o luminosos o de la vida pública del Señor, situando rezo semanal para los jueves, reordenando la distribución semanal de los otros misterios: Gozosos, los lunes y los sábados; dolorosos, los martes y los viernes; gloriosos, los miércoles y los domingos; y luminosos, los jueves.

La belleza de esta oración tan sencilla y profunda

                En las palabras previas al rezo del Angelus del domingo 1 de octubre de 2006, el actual Papa Benedicto XVI enriqueció las frases y definiciones del Rosario con el siguiente y bien hermoso texto: "... Es como si cada año Nuestra Señora nos invitara a redescubrir la belleza de esta oración tan sencilla y tan profunda. El amado Juan Pablo II fue un gran apóstol del Rosario: le recordemos arrodillado con el Rosario entre las manos, inmerso en la contemplación de Cristo, como él mismo invitó a hacer con la carta apostólica <Rosarium Virginis Mariae>. El rosario es oración contemplativa y cristocéntrica, inseparable de la meditación de la Sagrada Escritura. Es la oración del cristiano que avanza en la peregrinación de la fe, en el seguimiento de Jesús precedido por María. Desearía invitaros, queridos hermanos y hermanas, a rezar el rosario durante este mes en familia, en las comunidades y en las parroquias por las intenciones del Papa, por la misión de la Iglesia y por la paz del mundo".

26 de marzo de 2011

NIDO DE ORACIÓN DE LA ARMADA BLANCA EN DETROIT, MICHIGAN

El pasado Miércoles, Jueves y Viernes tuvimos las conferencias de la Armada Blanca en la Parroquia del Santísimo Redentor. Tuvimos el privilegio y la bendición que nos acompañaran Brenda Del Rio, el Padre Óscar Llamas y el Padre Elias Castro.

El Miércoles comenzamos con Misa presidida por el P. Óscar, P. Elias y el P. Leo de la Parroquia de Santa Ana en Detroit. Despues de la santa Misa tuvimos nuestra primer conferencia titulada “Nuestra Misión como Pueblo de Guadalupe” dada por Brenda Del Rio. En esta conferencia aprendimos mucho acerca de los símbolos en la imágen de la Virgen de Guadalupe.

El Jueves tuvimos dos conferencias seguidas de nuestro Nido de Oración. La primera conferencia dada por el P. Elias aprendimos como ser niños y las cualidades de los niños. Esta conferencia fue titulada: “El Documento de Aparecida y los Niños.” Despues tuvimos nuestra segunda conferencia de este día titulada: “La Situación de los Niños en el Mundo en el Día de Hoy” dada por Brenda Del Rio. Atravez de imágenes Brenda nos explicaba la situación que viven los niños en el mundo, comenzando por una tercera guerra mundial que es el aborto.

El Viernes tuvimos nuestra primer conferencia por el P. Óscar titulada: “María, los Pequeños y los Sacerdotes.” El Padre nos recordaba algunas palabras de San Luis María Grignion de Monfort y como los sacerdotes y los niños unidos a María salvarían al mundo. Terminando esta conferencia tuvimos nuestra culminación con la “Consagración de los Niños al Padre por medio de María.” Cada niño y niña fue consagrado al Padre Celestial por la conversión de los pecadores, la paz del mundo, el Santo Papa y por el triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Esperamos ver los frutos en nuestra Arquidiócesis muy pronto. También invitamos a las demás parroquias de Detroit que se unan a la Armada Blanca formando nuevos Nidos de Oracion.

Que esta consagración sea como un carbón encendido que poco a poquito vaya extendiendo su calor y su fuego a toda la Arquidiócesis de Detroit.
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Infórmate bien acerca de la Armada Blanca en el siguiente sitio de internert:

8 de enero de 2011

COMUNIÓN REPARADORA DE LOS PRIMEROS SÁBADOS


En la aparición del día 13 de julio anunció Nuestra Señora en Fátima: “Para impedir la guerra vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los Primeros Sábados”.

Esta última devoción vino a pedirla, apareciéndose a la Hermana Lucía el 10 de Diciembre de 1925, en Pontevedra, España. Dijo entonces: “Mira, hija mía, a mi corazón cercado de espinas que los hombre ingratos me clavan en todos los momentos con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que prometo asistir en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación, a todos los que, en el primer sábado de cinco meses seguidos, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen un Rosario y me hagan compañía durante quince minutos, meditando los 15 misterios del Rosario con el fin de desagraviarme”.

Nuestra Señora mostró su Corazón rodeado de espinas, que significan nuestros pecados. Pidió que hiciésemos actos de desagravio para sacárselos, con la devoción reparadora de los cinco Primeros Sábados. Como recompensa, nos promete “todas las gracias necesarias para la salvación”.

Jesús en los dos años siguientes, 15 de febrero de 1926 y 17 de diciembre de 1927, insiste para que se propague esta devoción. Lucía escribió: “De la práctica de la devoción de los Primeros Sábados, unida a la consagración al Inmaculado Corazón de María, depende la guerra o la paz del mundo”.

Cinco, ¿por qué?
Son cinco los Primeros Sábados porque, según reveló Jesús, son “cinco las especies de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María":

1.- Las blasfemias contra la Inmaculada Concepción;
2.- Contra su Virginidad;
3.- Contra la Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los Hombres;
4.- Los que procuran infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio contra esta Inmaculada Madre;
5.- Los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.

Condiciones
Las condiciones para ganar el privilegiode los Primeros Sábados son cuatro:

1. Confesión. Para cada Primer Sábado es necesaria una confesión con intención reparadora. Se puede hacer cualquier día, antes o después del Primer Sábado, siempre y cuando se reciba la Comunión en estado de gracia. La vidente preguntó: “Mi Jesús, ¿y las (personas) que se olviden de formular esta intención (reparadora)?”
Jesús respondió: “Pueden formularla en la confesión siguiente, aprovechando la primera ocasión que tengan para confesarse”.
Las otras tres condiciones deben cumplirse en el propio Primer Sábado, a no ser que algún sacerdote, por motivos justos, conceda que se pueda hacer en el domingo a seguir.

2. La Comunión Reparadora.

3. El Rosario.

4. La meditación, durante 15 minutos, de un solo misterio, de varios o de todos. También vale una meditación o explicación de tres minutos antes de cada uno de los 5 misterios del Rosario que se está rezando.

En todas estas cuatro prácticas se debe tener la intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María.

La devoción de los cinco Primeros Sábados fue aprobada por el obispo de Leiría el 13 de Septiembre de 1939, en Fátima.
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5 de enero de 2011

ACTO DE CONSAGRACIÓN
AL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA
(Papa Pío XII)
 
 

  ¡Oh Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante vuestro Trono nos postramos suplicantes, seguros de impetrar misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de vuestro maternal Corazón.

En esta hora trágica de la historia humana, a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos modos atribulada, sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades.

Que os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse eternamente.

Vos, oh Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan, concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al mundo en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.

Conceded vuestra protección a los infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la muerte; concédeles la paz y haced que brille para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Dad la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que os profesan singular devoción y en los cuales no había casa donde no se hallase honrada vuestra venerada imagen (hoy quizá oculta y retirada para mejores tiempos), y haced que retornen al único redil de Cristo bajo el único verdadero Pastor.

Obtened paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contened el diluvio inundante del neopaganismo, fomentad en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el pueblo de los que sirven a Dios.

Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de vuestro Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que, puestas en El todas las esperanzas, fuese para ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, para que vuestro amor y patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios, os proclamen bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra, el eterno Magníficat de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual pueden hallar la Verdad, la Vida y la Paz.

Las Quince Promesas de la Virgen María a quienes recen el rosario

1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.

2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.

3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.

4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!

5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.

6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando los misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.

7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.

8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.

9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.

10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.

11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.

12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.

13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.

14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.

15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.